Conciencia y cultura ambiental empresarial, indicador de medida de la responsabilidad social empresarial (página 2)
Cómo definir Responsabilidad Social Empresarial (RSE)
Según la Guía Técnica de ICONTEEC, la Responsabilidad Social Empresarial es un concepto no mandatorio de orden legal; solo es una orientación y sugerencia para que los hombres y las mujeres de empresa, a través de su actividad comercial o industrial, hagan realidad los objetivos sociales propuestos tanto en la misión, como en la visión y en los valores. En tal sentido la ONU hace el siguiente planteamiento: "Reafirmamos los principios del desarrollo sostenible y subrayamos la necesidad de alcanzar un consenso mundial sobre los valores y principios fundamentales en pro del desarrollo económico sostenible, justo y equitativo. Creemos que la responsabilidad social y ambiental de las empresas es un componente destacado de ese consenso". Dentro del contexto universal, la RSE se puede definir como la actitud consciente o deliberada de las personas que hacen empresa desde la cadena productiva, pasando por los eslabones de mercados hasta la colocación de productos y servicios en los consumidores para terminar en los procesos de reciclaje. Durante este recorrido tendremos que evaluar desde los efectos ambientales, hasta el movimiento de capitales, desigualdades, discriminación, oportunidades, violencia, vida, muerte, etc. Para ejemplificar el concepto de RSE, podríamos hacer el siguiente comparativo: Los productores agrícolas tienen como responsabilidad social empresarial entregar en los mercados regionales de un país o a nivel nacional o en el orden internacional productos de calidad que satisfagan necesidades de tipo alimenticio o industrial, y desde luego que les permita sostenerse en el mercado en forma competitiva. Los productores de armas y de municiones igualmente deben cumplir con condiciones de calidad, pero ¿cuáles son sus efectos? Estos son ejemplos extremos. Para el caso de esta investigación, todas las empresas contaminan. Obviamente unas más que otras. Cada una, según las cargas de contaminantes, deberá cumplir con un nivel de responsabilidad. Pero en cuanto al nivel de Conciencia y Cultura Ambiental, este es un elemento que debe ser evaluado en forma individual y colectiva, como una competencia ciudadana. Sus efectos son sociales y actúan igual, en forma directa sobre los derechos humanos, tanto individuales como colectivos.
Conciencia y cultura ambiental, elemento de Responsabilidad Social Empresarial
La UNESCO, en muchas de las conferencias internacionales, señala que la educación para el desarrollo sostenible es un proceso individual y colectivo durante toda la vida de cada persona, de cada generación; esto permitirá encontrar soluciones inteligentes a los innumerables problemas del orden social, económico y ambiental.
En los propósitos del "Decenio de Educación para el Desarrollo Sostenible (DEDS) de Naciones Unidas para el periodo 2005-2014, dice explícitamente que los "Estados deben incorporar a sus sistemas de educación reglada, no reglada y libre, una visión de la economía, el crecimiento y el desarrollo que englobe la vitalidad económica, la justicia, la cohesión social, la protección del medio ambiente y la gestión sostenible de los recursos naturales".
Uno de los objetivos, derivados de la problemática ambiental mundial, es la lucha contra el cambio climático. Este fenómeno es una consecuencia, en buena parte, por la alteración antrópica, producto a su vez de la transformación de la materia que compone el planeta. Obviamente no todas las transformaciones terrestres son provocadas por la actividad humana. También son del orden natural. Sin estas últimas la evolución de la vida no se hubiera dado en tiempos anteriores al gran poblamiento humano sobre la tierra.
La evolución de la vida, la transformación física y química de nuestro planeta seguirá su curso. La actividad empresarial continuará, producto de la evolución de los pueblos. Pero dependiendo de la interpretación que se haga de este fenómeno, de la capacidad que se tenga para reaccionar ante las alteraciones que reducen la vida y de las acciones que se planeen y se desarrollen en pro de la defensa de los recursos naturales no renovables, como es el caso del agua, si bien es cierto, la transformación del planeta no parará, las posibilidades para colmar las necesidades vitales de la humanidad serán mayores. Según Miller (1994) a través de la Educación Ambiental como estrategia, se busca enseñar y aprender cómo todo lo existente está interconectado. Es un proceso permanente tendiente a generar conciencia ambiental hacia el desarrollo sostenible. Consideramos que la conciencia tiene tres niveles: conocimientos, actitudes y acción. Lamentablemente, si observamos los planes de desarrollo sostenible, procesos y esfuerzos que existen en cada país, en cada pueblo, en cada región, esto nos permite ver que aún no han logrado llegar al primer nivel de la conciencia, es decir, a la generación de conocimiento. Basta con observar cómo han cambiado nuestros paisajes donde antes había un lago, un río, un bosque, una llanura ahora son extensas transformaciones antrópicas. Ríos y lagos contaminados, especies vegetales y animales desaparecidos o en peligro de extinción. El fortalecimiento de cultura o educación ambiental se está logrando, pero el reto es grande; es necesario hacerlo desde la empresa, desde las instituciones educativas, desde las organizaciones gubernamentales y no gubernamentales, desde la familia. Tenemos como compromiso colectivo e individual incorporar la dimensión ambiental en todas nuestras actividades. Toda acción humana genera alteración de lo natural. La tarea grande por desarrollar es hacer real una conciencia ambiental proactiva, de compromiso, que conlleve a incorporar en nuestras decisiones más sencillas y domésticas el tema ambiental. Para tal efecto, se requiere aumentar con urgencia la investigación que genere información traducida en recomendaciones y propuestas para los diferentes sectores económicos y medios de producción.
El Premio Nóbel de Química Mario Molina destacó la importancia a nivel universitario de crear una conciencia de cultura ambiental, con estas palabras: "no sólo tener materias específicas relacionadas con el medio ambiente, sino crear toda una cultura de conciencia ambiental" (UANL.2008) y más adelante agrega: no implica sólo el tener estudiantes que sepan desde un punto de vista técnico, científico o social cuestiones de medio ambiente, sino que tengan una cultura que tiene que ver más con valores y ética que trasciende a lo que es la ciencia pura( UAN,2008)
Para hacer una valoración del nivel de conciencia y cultura ambiental a nivel empresarial, que es un colectivo, y en las personas se pueden considerar, entre otros, los siguientes interrogantes, como indicadores:
1. ¿Existe en la empresa, en la organización, en la institución un plan de manejo ambiental, un departamento ambiental? ¿Al revisar la misión, la visión y los valores en la organización de la empresa se encuentran planteamientos suficientemente sustentados para atender la problemática ambiental?
2. ¿Cuáles son las inversiones o porcentajes dentro del presupuesto para atender los asuntos ambientales desde cada organización empresarial?
3. ¿Reconocen valores y manejan conceptos que permiten fomentar y formar actitudes y aptitudes necesarias para comprender y apreciar las interrelaciones entre el hombre, su cultura y su medio biofísico?
4. ¿Toma de decisiones y acepta códigos de comportamiento respecto a las cuestiones relacionadas con la calidad del ambiente?
5. ¿Comprenden la complejidad del ambiente natural y el transformado por el hombre?
6. ¿Comprende la interacción de los factores biológicos, físico-químicos, sociales, económicos y culturales?
7. ¿Participa de manera responsable y efectiva en la previsión y resolución de los problemas ambientales?
8. ¿Muestra claramente la interdependencia económica, política y ecológica del mundo moderno?
9. ¿Contribuye o hace aportes económicos y/o académicos para a desarrollar el sentido de responsabilidad ambiental entre países y regiones?
10. ¿Concibe y da validez a un nuevo orden internacional, para garantizar la conservación y el mejoramiento del ambiente?
11. ¿Refleja en sus actitudes conciencia ética hacia los valores ambientales?
12. ¿Posee un pensamiento ético-ambiental observable a través de actitudes de respeto; así lo muestran sus actividades las cuales no conducen a la degradación ambiental?
13. ¿Posee conocimientos necesarios que demuestran conciencia de los problemas del ambiente, predisposición, motivación, sentido de responsabilidad y compromiso para trabajar individual y colectivamente en la búsqueda de soluciones?
14. ¿Posee suficientes conocimientos, valores, actitudes, compromisos y habilidades necesarios para entender, interpretar, proteger y mejorar el ambiente y con ello alcanzar los objetivos de desarrollo sustentable?
15. ¿Tiene o acepta patrones de comportamiento y responsabilidades éticas hacia la protección de su entorno?
16. ¿Asume un enfoque interdisciplinario para el tratamiento de la dimensión ambiental?
17. ¿Reflexiona sobre las consecuencias mundiales producto del desencadenamiento de una alteración ambiental?
18. ¿Evalúa las implicaciones ambientales en proyectos de desarrollo?
19. ¿Cuestiona los actuales modelos de desarrollo, y los considera responsables del deterioro ecológico y social que viven los países subdesarrollados?
20. Valora las formas de vida sostenibles para mejorar las relaciones entre los seres humanos y las de éstos con la naturaleza.
Conocer el Medio Ambiente nos permitirá protegerlo. En la medida que el tema sea comprensible para la mayoría de la población, se facilitará la participación ciudadana en las diversas actividades orientadas a conservar o recuperar el ambiente. Así mismo estaremos en la capacidad de contribuir con el desarrollo sostenible de nuestros países.
El Río Fucha. Su importancia y su ubicación
En los inicios del desarrollo de la ciudad fue una fuente de agua importantísima para uno de los primeros acueductos de Bogotá, antes Santafé. En el año de 1681 (Gosselman, C. 2005), cuando era alcalde Don Juan de Moya, en razón a que el agua escaseaba en la pila de la plaza central solicitó colaboración a los ciudadanos para construir un canal que permitiera llevar agua desde este éste río o desde el río San Francisco. Muy pronto los trabajos se iniciaron finalizando exitosamente en el año de 1739 durante el gobierno de Don Antonio Manrique. Con este ducto, que seguramente fue muy rudimentario se surtió de agua a la mayor parte de la ciudad, que por esa época ocupaba únicamente las partes altas de lo que es hoy el territorio de la actual Bogotá. Este río nace en el Páramo Cruz Verde. Como ya se dijo antes, ingresa a Bogotá a través de la localidad San Cristóbal. De hecho en esa zona recibe el nombre de Río San Cristóbal. Hace un recorrido de 22 Km desde su nacimiento hasta la desembocadura. (FIGURA 1.)
FIGURA 1. Nacimiento y recorrido del Río Fucha. El IDEAM, 2004.
FIGURA 2. El Rìo Fucha en la parte alta. Sus aguas tienen baja contaminaciòn. Foto tomada por estudiantes que desarrollan Investigaiòn Dirigida del prograna de Administraciòn de Empresas, Univerisidad Cooperativa de Colombia, Seccional Bogotà.
El estado de deterioro de este río, junto con sus afluentes, es el reflejo de la destrucción por falta de Responsabilidad Social Empresarial y bajos niveles de conciencia y cultura ambiental. A lo largo de su recorrido su ronda está invadida (FIGURA 3.). En varios tramos podemos observar vivienda subnormal de recicladores, quienes como fuente de sustento acumulan grandes cantidades de materiales reutilizables. Allí seleccionan y lo que a juicio de ellos, no tiene valor, lo arrojan al cauce del río. Estos materiales provienen de la actividad empresarial en la cadena, industria–comercio–consumo.
En esta área es común encontrar todo tipo de material que no representa un valor económico para los recicladores arrojado tanto en el cruce como en la misma ronda del canal. Los residuos más comunes de encontrar son:
-Cenizas de basura doméstica
–Basura doméstica peligrosa
-Residuos orgánicos de manejo especial (huesos)
-Maderas, escombros de construcción
-Residuos de alimentos vegetales y animales.
-Elementos plásticos
La presencia de estas personas se ha convertido en un inconveniente desde el punto de vista ambiental y de seguridad ciudadana, ya que transitan la ciudad entera recogiendo materiales, residuos y escombros producto de la actividad empresarial, siempre y cuando tengan algún valor monetario. Los clasifican de manera poco técnica, esparciendo el material que no les sirve en el lecho del río. Es probable o no que tengan algún nivel de cultura y conciencia ambiental. ¿Pero a quién le rinden cuentas de su actividad comercial? Los restos industriales existen y algunos son comercializados para su transformación. ¿Y qué hacen con los materiales que no les sirve? La respuesta es: El río es un excelente vehículo de transporte de desechos.
FIGURA 3. Los desechos ingresan a la corriente del Río Fucha. Foto tomada por estudiantes investigadores.
La ronda de los ríos está reglamentada según el Decreto 1106 y 1986 y acuerdo 31 de 1996. La delimitación de las zonas de ronda está dada con el propósito de proteger el recurso hídrico, mantener un entorno ambientalmente favorable para la actividad humana, proporcionar un paisaje agradable y configurar un eje organizacional del desarrollo local y general de la ciudad.
En la localidad de Antonio Nariño a la altura del barrio Ciudad Jardín Sur presenta invasión en la zona de la ronda por talleres y lavaderos de carros que existen en el sector. Tal como ocurre con los localizados en la diagonal 46 de la localidad de Puente Aranda, en donde la invasión es por parqueaderos automotrices.
En la localidad de Kennedy, específicamente en el Barrio la Igualdad la invasión de la ronda está dada por bodegas de reciclaje, las cuales surten industrias que utilizan materiales de reciclaje.
En la localidad de Fontibón se presenta problemática de invasión de ronda más evidente ya que existen comercializadoras de chatarrería y material reciclado las cuales invaden la totalidad de la ronda y vierten escombros sobrantes al río.
El río Fucha recoge en su recorrido las aguas de los canales Albina, Río Seco, río San Francisco y Comuneros las cuales presentan altos valores de cargas contaminantes siendo la principal causa de los malos olores. Además la emisión de malos olores, domésticos e industriales altamente contaminadas es muy recurrente a lo largo del canal debido a la falta de alcantarillado o de un sistema de colectores en su cuenca alta. En la cuenca baja el problema está dado por las conexiones erradas especialmente localizadas en el sector industrial.
Durante los 22Km de recorrido que hace el río, atraviesa varios sectores de alta densidad poblacional, como son entre otros, los barrios Quinta Ramos, Sosiego, Nariño sur, Ciudad Berna, Ciudad Jardín Sur, Caracas San Antonio, Luna Park, Restrepo, La Fraguita, Santa Isabel Sur, Carabelas, Ciudad Montes tercer sector, La Ponderosa, La Camelia, Torremolinos, Galán, Igualdad, Nueva Marsella, San José de Bavaria, Vergel, entre otros, hasta llegar a la localidad de Font ibón, para desembocar en el río Bogotá, en los límites con el municipio de Mosquera. En la medida que se aleja de su nacimiento, se convierte en un colector mayor o alcantarilla a cielo abierto. Entre las causas que podríamos considerar tenemos las siguientes: la falta de capacidad de la sociedad civil para resolver el problema, desequilibrio del desarrollo, necesidades básicas insatisfechas, falta de valorización del ambiente, falta de recursos económicos, falta de organizaciones propositivas, falta de tecnología apropiada, desinformación, falta de políticas ambientales efectivas y persuasivas, explosión poblacional, modelo social que promueve el uso irracional de los recursos naturales, y otra, quizá la más importante, la falta de un suficiente nivel de conciencia y cultura ambiental (Luna, 2009). Este fenómeno es observable en todos los grandes conglomerados humanos. Es relevante la despreocupación generalizada frente a esta obligación. Si entendemos como conciencia el conjunto de todas aquellas manifestaciones racionales producto de la acumulación cultural de los pueblos, entonces el efecto sobre lo natural, es decir sobre todo aquello que genera y protege la vida, no podrían ser más que gestos de respeto, protección y recuperación.
Las medidas sancionatorias de orden gubernamental son efectivas y han sido pensadas como respuesta a la gran avanzada de la actividad empresarial, pues junto con su dinámica hacia el desarrollo de los pueblos, una de las consecuencias es la alteración ambiental. Tal efectividad será sostenida en la medida que avanzan la concienciación de los pueblos en pro del sostenimiento global. En las grandes ciudades los ríos que las atraviesan se convierten en excelentes vehículos de transporte de residuos sólidos y líquidos. Bogotá no es un caso aparte. Muchos de los ríos, riachuelos o quebradas son colectores o alcantarillas
La actividad empresarial es la máquina que hace avanzar a los pueblos hacia su desarrollo. Lamentablemente, producto de esta dinámica, el medio ambiente se altera y se destruye. ¿Pero cuáles son las valoraciones subjetivas y objetivas con respecto al deterioro ambiental que tienen las personas de la comunidad empresarial dentro de esta dinámica? Para el caso de los ríos, específicamente del río Fucha y sus afluentes, no existen estudios consolidados que permitan una información suficiente acerca de las razones por las cuales las empresas que tienen incidencia directa en las fuentes hídricas vierten sus residuos líquidos y algunos sólidos en su corriente. ¿Será por falta de conciencia y cultura ambiental empresarial dentro de su responsabilidad social? O cuáles otras razones pesan como para que la consecuencia sea la destrucción de los ríos, que históricamente han sido las fuentes para alimentar acueductos de la ciudad.
Avances y conclusiones
La tarea es larga. La meta que se tiene para alcanzar elementos suficientes que permitan demostrar el nivel de Conciencia y Cultura Ambiental Empresarial como agentes contaminadores de los ríos de Bogotá, es, utilizando indicadores visibles, evaluar los efectos de los planes ambientales de las empresas que tienen influencia directa sobre todos trayectos y canales de los ríos Fucha, Tunjuelito y Bogotá. Hasta la fecha (Mayo de 2010), como ya se dijo antes, se está haciendo la intervención sobre el Río Fucha y sus afluentes. Como primer evento se han hecho los recorridos de reconocimiento observando descargas de aguas residuales a través de colectores provenientes de los sectores aledaños. Se hizo un comparativo de transparencia del agua utilizando como blanco el agua del acueducto de Bogotá. En un segundo evento se sectorizó el recorrido por cuadrantes. Estos cuadrantes son: Primero: Nacimiento hasta la avenida Caracas, costado Norte. Segundo: Nacimiento hasta la avenida Caracas, costado Sur. Tercero: Avenida Caracas, hasta la avenida 30, costado Norte. Cuarto: Desde la Avenida Caracas hasta la Avenida 30, costado Sur., luego entre la avenida 30 hasta la avenida 68 habrá dos cuadrantes y así desde la avenida 68 hasta la avenida Boyacá, desde la Avenida Boyacá hasta la avenida Ciudad de Cali y desde esta hasta su desembocadura. En el momento están siendo intervenidos los cuadrantes: Desde el nacimiento hasta la Avenida Caracas, desde la Avenida Boyacá hasta la Avenida Ciudad de Cali, Costados Sur y Norte y desde la Avenida Ciudad de Cali hasta su desembocadura, costado Sur. Entre los primeros hallazgos tenemos que, desde el nacimiento hasta la Avenida Caracas por ambos costados el número de empresas es bajo, y de las existentes solo son microempresas y medianas empresas. Sus aguas residuales están conectadas directamente a la red de alcantarillado paralela al lecho del río. La contaminación de este tramo del río es, por una parte de origen residencial y por otra parte a causa de las correntías de aguas lluvias. Caso contrario sucede en el tramo comprendido, entre la Avenida Boyacá hasta su desembocadura. Esta es una zona de alta concentración industrial con presencia de pequeñas y grandes empresas. La red de alcantarillado no opera eficientemente por cuanto muchos vertederos de aguas residuales están conectados directamente al cuerpo del río mediante colectores o alcantarillas herradas. Así mismo, tanto en la parte alta como en los últimos cuadrantes, se hizo una primera encuesta a algunos empresarios y residentes ubicados en los cuadrantes norte y sur desde el nacimiento hasta la Avenida Caracas y desde la Avenida Boyacá hasta la desembocadura por el costado sur. Con esta primera indagación se pretende conocer el valor que tiene el río, como recurso hídrico o como desastre ambiental. El contraste bastante visible. En la parte alta, los habitantes y empresarios valoran al río como una parte integrada al sistema ecológico de Bogotá al que hay que salvar y proteger, mientras que en la parte baja, tanto empresarios como residentes, valoran al río pero como un caño maloliente, sobre el cual se descargan todos los residuos líquidos industriales y residenciales. Los empresarios ubicados en este último sector no atienden a los encuestadores y cuando lo hacen, las respuestas son engañosas y sin compromiso. Caso contrario se puede evidenciar en el tramo comprendido desde su nacimiento hasta la avenida Caracas. Allí, el concepto que se tiene de río es de un elemento ambiental y paisajístico apreciado por la mayoría de residentes y de pequeños empresarios. En la observación que se hizo durante este recorrido hay algunos parques longitudinales y grandes tramos arborizados. Sin embargo en este tramo, muy próximo al nacimiento, existe un barrio subnormal sin acueducto ni alcantarillado. Los habitantes de esta zona toman el agua del río y vierten las aguas residuales a su caudal. Este sector cuenta con red de energía eléctrica pero la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá aún no le presta los servicios a los habitantes este barrio.
Las observaciones preliminares que se han hecho sobre este problema ambiental permiten visualizar mejor el problema: El río, una vez que entra a la ciudad se contamina hasta el nivel desastroso de convertirse en alcantarillas. ¿Quién o quiénes lo contaminan? Las empresas contaminan, no hay ninguna duda. ¿Por qué lo hacen? ¿Cuál es el nivel de conciencia y cultura ambiental empresarial sobre el Río Fucha y sus afluentes?
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Autor:
Eduardo Ramírez Bustos
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